Ahora que se nos acerca el congreso de LASA (mi ponencia es ¡viernes, el 23 de marzo a las 2!), me he puesto a trabajar en las ideas que incluí en el abstracto, principalmente la de explorar las implicaciones de interpretar los artes verbales no-occidentales dentro de las categorías del occidente. Específicamente propuse hablar de las categorías de “literatura” y “ts’íib.” Mientras todos tenemos una idea (mas o menos) de lo literario, ts’íib es un vocablo de varios idiomas mayas que comunmente se traduce como “literatura” o “escritura.” En la ponencia planeo argumentar que estas traducciones de ts’íib no logran captar la totalidad de las posibilidades “literarias” mayas.
Como punto de partida, me gustaría abarcar en el tema desde un ejemplo de ts’íib y no de la “escritura” como tal:
Esta vasija me la enseñó un amigo, quien me contó que otro amigo del campo se la había traído. Tenemos, claro, el imagen de los famosos escribanos monos, los hermanos mayores de los gemelos divinos del libro Maya-K’iche del Popol wuj. Hay dos representaciones semejantes per no idénticas de esta figura que se ven en la vasija. Los dos leen un códice, sosteniéndolo con la mano izquierda mientras lo señalan con la derecha.
No propongo crear una lectura definitiva de la vasija, y aún menos de las tradiciones mayas, sino explorar las preguntas y retos con que se nos enfrentan al acercarnos a ella. Estos son mis pensamientos preliminares:
- Ya en el año 2014 no nos es difícil ver a la escritura glífica como escritura. Pero desde la perspectiva del ts’íib, vocablo por lo cual se entiende también “pintura,” ¿es también la vasija en sí un ejemplo de la escritura? ¿Por qué sí/no?
- ¿Es entonces la vasija una especie de meta-texto acerca de la lectura y la escritura? Al acercarnos a la vasija como texto, nosotros mismos, como lectores de ella, imitamos a los monos.
- La presencia doble del escribano (¡o escribanos!) puede ser representativa del estatus de las letras indígenas contemporáneas, como estas se ven “obligadas” a ser traducidas para que se den a conocer a un público mas amplio. Mas allá de las asimetrías lingüísticas, ¿cómo nos complican la lectura las diferencias e imperfecciones de “traducción” que existen entre las varias versiones de estos textos?
- Finalmente, ¿qué retos nos presenta en cuanto a la idea de que hay un texto que se puede decir es el “original”? Al ver esta vasija pensé que la había visto antes, y finalmente encontré su gemelo, Kerr 1225. ¿Es, entonces, la de mi amigo “falsificada,” una “reproducción,” o algo mas problemático, una vasija “auténtica” que aún es el doble de la vasija Kerr que se circula en la academia occidental como “la” original? ¿Qué retos nos presentan entonces las dos a nuestros conceptos de “lo auténtico,” “lo original,” y “la autoridad” mientras nosotros nos acercamos a textos pre-coloniales, coloniales, y contemporáneos que se articulan como los productos de autores/voces múltiples?
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