Pues, aparte de reunirse con colegas, conocer a unos nuevos, y pasar tiempo en una de estas ciudades que llaman “globales,” para mí la gran ventaja de tener LASA 2014 en Chicago fue la oportunidad de visitar el manuscrito original del Popol wuj en la Biblioteca Newberry.
Es en sí un texto controvertido que, a lo largo de los años, ha jugado papeles importantes tanto en cuanto a los nacionalismos latinoamericanos como a el activismo maya contemporáneo. Hasta algunos dicen que ni es de producción indígena, lo que inspiró esta foto y un post mas largo por parte del grupo Popol Mayab’.
Mas allá de su historia y estos debates, lo que me fascinó del manuscrito es, simplemente, su aura. O sea, al acercarse al él, uno se da cuenta inmediatamente de cómo funciona la violencia de la traducción epistémtica. Como el texto nos señala, el manuscrito es una forma de representación secundaria, con la presentación actual siendo un performance según la lectura maya de aquel entonces de un libro hieroglífico llamado el Popol wuj. Nos hace recordar los de Popol Mayab’ que nadie menos que el investigador Adrian Recinos argumentaba que hay por lo menos una versión intermedia, con “la primera” de estas posibles siendo una transcripción de un performance a mediados del siglo 16. Ximénez copió y tradujo al español este texto al principio del siglo 18, y es esta copia de la copia que conocemos en forma de este manuscrito.
Entonces tenemos un libro (¡que según los de San Tomás, Chichcastenango, no es la única copia!) que literalmente representa a otro texto que, cómo dicen los meros voces narrativos, “ahora nos está oculto.” Aún mas interesante es la idea que el sistema performático de que el códice original era parte y producto, se puede ver dentro del texto pero aún no se puede reproducir desde un posicionamiento occidental. Hoy en día nosotros (y, supongo, hasta el fraile Ximénez) nos sentamos a leer el texto (en traducciones como las de Recinos, Asturias, Tedlock, u hasta Sam Colop) en un contexto radicalmente diferente: la lectura es individual, en silencio, fuera de un contexto ceremonial y/o sagrado. En este sentido, la traducción del Popol wuj glífico/ceremonial a un libro al estilo occidental es aún mas un proceso de la imposición de prácticas corporales que un proceso lingüístico.
Pero sabemos de otras tradiciones mayas, como la de los libros de Chilam Balam, que los lectores mayas no leyeron esos textos como textos occidentales sino mas desde su propio posicionamiento performático. Por esto tenemos versiones diferentes y aún contradictorios de los textos del Chilam Balam, que también tienen que ver con la preservación de un proceso de lectura maya.
En fin, al ver el manuscrito del Popol wuj en el ambiente de la biblioteca, una de las instituciones mas autorizantes del ambiente occidental, me pregunté: ¿cómo sería leer el texto en voz alta, dentro de una lectura comunitaria, en un contexto sagrado? ¿Cómo podemos buscar nosotros leer el texto, no en ningún sentido “auténtico,” sino en una manera mas fiel a las propias reglas del texto, menos como un libro y mas como el códice en letras que es?